Soy Lia, un día decidí cambiar mi vida, y es que, cuando sabes que tienes mucho que aportar al mundo no te puedes quedar callada, no puedes conformarte. Esta fue una de las razones, no la única, pero me ayudó a tomar impulso y a dar el paso de emprender y convertirme en freelance. Con casi 60 años, algunas personas se llevaron las manos a la cabeza. No se porque, los que me conocen ya deberían de estar acostumbrados a mis saltos al vacío, a pesar de esto, aquí sigo, esforzándome para lograr mis objetivos.
Esta decisión no es una prueba, se ha convertido en mi misión. Si de paso puedo ayudar a otras mujeres a entender que nunca es tarde para darle un giro a su vida, ya me doy por satisfecha. Para lograr mis objetivos, creo que es primordial crear una comunidad comprometida y genuina, en esta tarea me encuentro ahora, ya que SÍ, estoy empezando prácticamente desde 0. Así que, si os quedáis por aquí, podréis asistir en primera línea al despegue de este cohete de ida sin vuelta atrás.
"Demolí todos los puentes detrás de mí, para no tener otra opción que seguir adelante"
Fridtjof Nansen
En una sociedad obsesionada con la juventud, las mujeres maduras nos enfrentamos a prejuicios que socavan nuestra valía y belleza. Parece que a partir de cierta edad debemos hacernos invisibles. Los estereotipos intentan limitarnos a roles secundarios, como si una vida interesante fuera patrimonio de la juventud. Como soy una rebelde desde la cuna, pienso que ya es hora de desafiar estas nociones y celebrar la fuerza, la inteligencia, la experiencia y la belleza que las mujeres maduras aportan al mundo.